El mantenimiento del agua de una piscina -a lo que contribuye una cubierta- pasa por filtrarla para quitar la suciedad y usar productos para desinfectarla, siendo el cloroel más utilizado. Sin embargo, debido al impacto de este producto en el medio ambiente y a las molestias que causa en algunas personas, cada vez son más los que se decantan por piscinas de sal.
La diferencia entre piscinas de cloro y piscinas de sal no está en el uso o no de cloro, sino en que este se añade de forma química o con la electrólisis salina.
Comparación entre piscina de sal y piscina de cloro
Piscinas de sal
Las piscinas de agua salada son una alternativa más suave al sustituir el proceso de añadir cloro directamente al agua, por un generador de cloro salino que convierte la sal común en hipoclorito de sodio, que es el mismo desinfectante, pero, en este caso, el proceso se realiza de manera natural.
Asimismo, estas piscinas son más fáciles de mantener y al no utilizar cloro químico se pone fin al problema de la irritación de los ojos y de la piel que sufren muchos bañistas.
Por otro lado, las piscinas de sal contribuyen al cuidado del medio ambiente al ser esta un recurso natural renovable y que no produce subproductos químicos dañinos. Además, el proceso de conversión de sal en cloro se realiza de forma continua en la piscina, lo que minimiza la cantidad de productos químicos necesarios para mantener niveles adecuados de desinfección.
Sin embargo, a pesar de las ventajas de las piscinas de sal, es cierto que requieren de una mayor inversión inicial para la instalación del sistema de cloración salina, lo que se ve compensado a largo plazo al no tener que comprar distintos productos químicos de forma periódica para el mantenimiento del agua, y conllevan un mayor gasto en electricidad.
A la anterior desventaja de las piscinas de sal hay que añadir la acción corrosiva propia del agua salada, lo que implica que puede dañar las partes más delicadas de la piscina. Por ello, es importante comprar piezas diseñadas específicamente para estar en contacto con este líquido.
Piscinas de cloro
En contraposición a los argumentos a favor de las piscinas de agua salada, el uso de cloro tradicional hace que este tipo de piscinas no requieran de una elevada inversión inicial para mantener el agua y permite la eliminación de microorganismos y bacterias que están en el agua incluso después del proceso de filtrado.
Además, hay personas a las que les resulta desagradable la salobridad característica del agua de las piscinas de sal, lo que no ocurre en piscinas de agua dulce.
No obstante, las piscinas de cloro requieren de una limpieza rutinaria del equipo, junto con un mantenimiento regular del agua y pruebas de esta.
Por último, la eficiencia de los sistemas de cloración salina y de cloro es similar.
Piscina de sal o de cloro: ¿qué eliges?
Elegir entre una piscina de cloro y una piscina de sal dependerá de las necesidades y preferencias de cada uno, siendo finalmente una cuestión de gusto personal y de cómo quieres hacer frente a los costes de limpieza y mantenimiento del agua, realizando una inversión mayor en el momento de la construcción o distribuyendo los costes a lo largo de todo el ciclo de vida de la piscina.
En cualquiera de los dos casos, contar con una techo o cubierta de piscina contribuirá a mantener limpia el agua y a facilitarte el trabajo de mantenimiento.
