En esta ocasión, se van a ofrecer algunas claves para la seguridad infantil en piscinas. Aunque en verano representan una fuente de diversión y refresco para los niños, también pueden suponer un riesgo si no se toman las medidas adecuadas para prevenir ahogamientos y accidentes. En Europa los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental en niños menores de 14 años. Por ello, es fundamental que los padres y los cuidadores conozcan y apliquen ciertas medidas para evitar incidentes.
Claves para la seguridad infantil en piscinas
Incrementar la seguridad infantil implica atender muchos aspectos, como el diseño y el mantenimiento de la piscina, el equipamiento y los dispositivos instalados, la educación y el aprendizaje que reciben los niños y la supervisión y el comportamiento de los adultos.
Supervisar siempre a los niños
Controlar a los niños es la medida más importante y eficaz para prevenir los ahogamientos y los accidentes en las piscinas. Nunca se debe dejar a un niño solo o sin vigilancia cerca o dentro del agua, ni siquiera por unos segundos. Hay que asegurarse de que haya un adulto responsable que pueda verlo y alcanzarlo en todo momento. Se deben evitar distracciones como el móvil, la televisión o la lectura. Si hay varios adultos, es posible establecer turnos o asignar un encargado de la vigilancia. Cabe señalar que los flotadores, las colchonetas o los juguetes no sustituyen la supervisión.
Proteger el acceso a la piscina
En caso de tener una piscina privada, resulta básico impedir que los niños puedan acceder a ella sin permiso o sin presencia de responsables. Para ello, se puede instalar una valla o una barrera que rodee completamente la piscina y tenga una altura mínima de 1,20 metros. La valla debe tener una puerta con cierre automático y seguro que no pueda abrir el niño. Además, lo mejor es cubrir la piscina con una lona o una cubierta rígida, cuando no se use, y guardar todos los objetos que puedan llamar la atención del niño.
Enseñar a los niños a nadar y flotar
Otra clave para aumentar la seguridad infantil es ayudar a los pequeños a que aprendan a nadar y flotar lo antes posible. De esta manera, podrán desenvolverse mejor en el agua y tener más confianza y autonomía. Inscribirlos en clases de natación desde bebés o enseñarles en casa con juegos y ejercicios adaptados a su edad son buenas formas de conseguirlo. También conviene enseñarles las normas básicas de seguridad en el agua, como no correr ni empujar alrededor de la piscina, no tirarse de cabeza si no hay suficiente profundidad, no saltar encima de otros niños o no tragar agua, entre otras.
Utilizar elementos de flotación adecuados
Los elementos de flotación pueden ayudar a los niños a mantenerse a flote y disfrutar del agua con más seguridad. Sin embargo, son necesarios elegirlos bien y usarlos correctamente. Los más recomendables son los chalecos salvavidas homologados, que se ajustan al cuerpo del niño y le permiten moverse con facilidad. Los manguitos, las burbujas o los flotadores también pueden servir, pero deben estar bien hinchados y sujetos al cuerpo.
Mantener el agua limpia y bien acondicionada
Para ello, se deben seguir las indicaciones del fabricante o del profesional encargado del mantenimiento de la piscina. Es necesario controlar el nivel del agua, el pH, el cloro y otros productos químicos que garanticen la higiene y la desinfección del agua.
En suma, respetar estas y otras claves para la seguridad infantil en piscinas puede marcar la diferencia entre una tarde de diversión en el agua o una jornada plagada de sobresaltos. En Cupoola by Vegametal ofrecemos cerramientos y cubiertas para piscina que pueden incrementar el nivel de seguridad de los más pequeños.