Es uno de los complementos más utilizados, junto a las cubiertas de piscina. En la actualidad, existen diferentes tipos de filtros para piscina, pero ¿cuáles son y sus características más importantes? En esta entrada se muestran todos los detalles.
Los cuatro tipos de filtros para piscinas que hay que conocer
Para muchas personas, los filtros son auténticos desconocidos, pero no por ello dejan de ser útiles. Son imprescindibles para todas las zonas de baño. Sin ellos, las piscinas no estarían limpias ni serían aptas para el consumo humano.
Muchas veces, más allá de los responsables de mantenimiento o de la piscina, únicamente interesan por los filtros cuando funcionan mal. Por ello, para conocer su importancia, ¿qué tipos de filtros existen para la piscina? A continuación, los cuatro más destacados.
1. Filtro de arena
Dada su eficacia, precio y cualidades, los filtros de arena suelen ser muy usados en las piscinas (especialmente en las comunitarias, las públicas al aire libre o las situadas en viviendas particulares). Además, su mantenimiento no suele ser ni costoso ni frecuente, lo que es un punto a favor añadido al conseguir una optimización de recursos y tiempo.
Su funcionamiento es similar al de los cartuchos, se basa en la circulación del agua por el interior de la arena y las impurezas quedan retenidas en un depósito interno. Cabe destacar que la arena es considerada el mejor agente natural para el filtrado.
¿Cada cuánto tiempo podemos cambiar este filtro? Los modelos tradicionales nos permiten un uso de hasta siete años y, por si fuera poco, el contravalado en todos los casos. Otros filtros más modernos de arena pueden llegar a tener una vida útil de 10 años como máximo.
2. Filtro de cartucho
La limpieza se basa en cartuchos que se van reemplazando cuando pierden su eficacia (generalmente en un año, aunque hay que realizar una limpieza superficial cada cinco o siete días). Su instalación es realmente sencilla, por lo que muchos particulares apuestan por él, sobre todo para las piscinas más pequeñas.
Su funcionamiento se basa en que el agua va pasando por el interior del cartucho, limpiando impurezas y eliminándolas sobre materiales manufacturados.
3. Filtro de diatomea
Está considerado un filtro de una gama alta. En la actualidad, está muy valorado (su coste también es elevado), puesto que la diatomea es un ser microscópico que puede actuar como agente filtrante y cuya eficacia es sobresaliente. Es más, el ser humano no es capaz de percibir la existencia de este filtro, pese a la calidad excelente del filtrado.
El agua pasa por el filtro (cargado de diatomeas), que actúa como un auténtico imán que es capaz de retener cualquier patógeno. Para un correcto funcionamiento, hay que limpiar las diatomeas sucias y retirarlas.
4. Filtro de vidrio
Es más moderno que los tres anteriores. El vidrio es considerado un material de menor densidad que la arena, por lo que el filtrado puede llegar a ser más avanzado y la prolongación de la vida útil puede superar (por poco) los diez años.
Asimismo, con el filtro de vidrio se puede ahorrar energía, ya que al ser más compacto usa menos energía para el filtrado. En general, eso sí, se produce un ahorro tanto en mantenimiento como en el empleo de productos químicos.
Ahora que ya se conocen los tipos de filtros para piscina, es posible mantener la zona de baño completamente limpia y sin bacterias. Pero además de optar por uno de estos cuatro filtros, contar con cubiertas de piscinas ayudará a potenciar su salubridad. Dos elementos vitales en la zona de baño que, además, se adaptan a todo tipo de piscinas. Son, por tanto, indispensables.