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Soluciones para tener una piscina más accesible

29 de noviembre de 2021

Cualquier momento del día es bueno para darse un buen chapuzón. Para que podamos entrar en el agua cómodamente, la piscina debe ser accesible para toda la familia. ¿Cómo? Existen diferentes soluciones para tener una piscina más accesible. En esta entrada se detallan algunas opciones para cumplir el objetivo.

Cómo podemos mejorar la accesibilidad de la piscina

Tanto si tenemos una piscina ya, como si esta se va a construir o reformar, debemos tener en cuenta los siguientes elementos, además de las cubiertas de piscinaspara que toda la familia y nuestros amigos puedan meterse al agua y disfrutar de la zona de baño.

1. Rampas

Con una pendiente que no debe superar el 8 %, son las más recomendadas por los especialistas. Con ellas podemos hacer una entrada y salida a ras de suelo, al nivel del pavimento, sin que cuente con grandes escalones (así evitaremos las caídas o resbalones). Para que la movilidad sea perfecta, añadiremos dos pasamos a dos alturas en los dos lados. Estos no deberían continuar por debajo del agua, puesto que sería peligroso para los bañistas.

El final de la rampa debe tener una zona de metro y medio de largo. En esta zona se puede girar y maniobrar, eso sí, con una profundidad que no debe superar los 75 centímetros. Las profundidades deben estar en todo momento indicadas a la perfección y ser visibles desde fuera.

2. Grúas, sillas o elevadoras

Si en la familia hay un miembro que tiene movilidad reducida, estas tres opciones serán las mejores. La mayoría de personas valoran enormemente, sobre todo en las piscinas públicas, que existan estas sillas o grúas que logran que las personas mayores o con problemas importantes de movimientos disfruten de un rato agradable. Sin grandes esfuerzos, lograremos el objetivo de estar todos en el agua.

Estos elementos deben instalarse en una zona donde la profundidad sea de, alrededor, 1,2 metros. Además, a gusto o necesidades de las familias, deberán pensarse tanto la ubicación, como los controles o mecanismos de operación.

3. Escaleras

La escalera es un elemento que debe tener toda piscina. Al menos, estas deben tener una anchura de 1,2 metros. Asimismo, es recomendable que cuenten con huellas antideslizamiento y bandas de colores llamativos para que la escalera sea visible. Por otro lado, atención a los pasamanos, que también deben ser de un color contrastado y rugosos para lograr que la mano no pueda resbalar. Bajo ningún concepto se deben instalar escaleras de patas que no estén bien ancladas en la pared de la piscina: periódicamente, tendremos que revisar este hecho para evitar hundimientos o caídas cuando se hace fuerza, especialmente al salir del agua.

4. Muros y gradas de transferencia

Es un sistema poco conocido, pero no por ello menos importante y útil. Funciona con un muro, el cual está situado a la altura de la silla de ruedas, a unos 40 o 50 centímetros de altura. El usuario de la piscina deja la silla de ruedas de forma paralela y, posteriormente, pasa al muro, en el cual se apoya gracias a unas barras que están ancladas y que están perpendiculares a la zona de baño. En el caso de las gradas, podemos definirlas como un conjunto de escalones, junto con una plataforma, donde el usuario es capaz, rápidamente, de pasar de una silla de ruedas a la plataforma para, luego, meterse en el agua.

Como hemos comprobado, hacer que la zona de baño pueda ser disfrutada por todos no es complicado. Solo hace falta ponerse manos a la obra y apostar por estas soluciones para tener una piscina más accesible para que, así, no existan problemas de movilidad (caídas, resbalones, etc).

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