Controlar el pH y el cloro de una piscina es fundamental para que el agua esté en las condiciones óptimas para el baño. Sin embargo, para lograr ese estado entra en juego otro elemento más desconocido, pero no menos importante: la alcalinidad. Por eso, desde Cupoola, como expertos en la instalación de cerramientos, techos y cubiertas de piscina, queremos que nuestros clientes también sepan cómo controlar la alcalinidad en el agua de la piscina.
El primer paso para conocer cómo controlar la alcalinidad en el agua de la piscina pasa por saber qué es y de qué depende. La alcalinidad es la capacidad que tiene el agua para neutralizar ácidos y se determina por la cantidad de carbonatos, bicarbonatos e hidróxidos, componentes alcalinos. Su importancia radica en que influye en la estabilidad del pH, es decir, con un valor adecuado de alcalinidad, entre 100 y 150 ppm, los líquidos pueden neutralizar adecuadamente los ácidos haciendo que el pH sea más estable.
No tener controlado este valor puede derivar en un agua turbia, poco apetecible para el baño además de producir irritación en los ojos, nariz o garganta, así como en la piel. Sin olvidar que puede producir manchas y corrosión en las áreas metálicas como en las escalerillas o generar un sobreesfuerzo en el sistema del filtrado.
Consejos sobre cómo controlar la alcalinidad en el agua de la piscina
El primer paso será conocer los niveles para analizar si el grado de alcalinidad es inferior o superior a los valores óptimos que se sitúan entre 100 y 150 ppm. Para medirlo se pueden emplear fotómetros o aparatos especialmente diseñados para este fin aunque lo más sencillo es usar tirar analíticas. Es la forma más rápida, simple y fácil de encontrar.
Cuando la alcalinidad total sea inferior a 100 ppm, será necesario aumentar su nivel mediante el uso de un producto especialmente diseñado para este fin. Nuestros clientes podrán encontrar en el mercado este producto de varias marcas. A la hora de incorporarlo al agua de la piscina, es fundamental tener en cuenta las indicaciones del fabricante.
En cambio, en caso de que el valor sea superior a 150 ppm, habrá que reducirlo empleando un producto especialmente diseñado para ello.
En cualquier caso, tener controlados los niveles de alcalinidad de la piscina permitirá que sus usuarios puedan disfrutar de chapuzón en una agua limpia, sin turbidez y sin sufrir irritaciones en la piel ni en las mucosas.
Además de tener controlados los diferentes parámetros como el pH o los niveles de cloro, recomendamos a nuestros clientes algunos consejos para que el agua de su piscina esté siempre en las mejores condiciones.
- Medir con frecuencia los valores y actuar en consecuencia. El problema no se arregla solo, es necesario emplear productos que permitan obtener una calidad óptima para el baño.
- Emplear productos de calidad y certificados, es garantía de que estos productos no producirán reacciones en la piel o mucosas.
- Seguir las indicaciones del fabricante, atendiendo a la frecuencia de uso y cómo se debe emplear el producto de forma segura.
En Cupoola by Vegametal llevamos 50 años creando cerramientos y cubiertas para piscinas. De esta forma nuestros clientes pueden alargar la temporada de baños sin comprometer por ello la estética de su jardín o terraza, consiguiendo una mayor seguridad al evitar accidentes con niños y mascotas, sin olvidar el ahorro energético por el aumento de la temperatura del agua al formarse una especie de «efecto invernadero». Además con el objetivo de ofrecer asesoramiento, les informamos de cómo controlar la alcalinidad en el agua de la piscina para que puedan disfrutar plenamente de ella.