Cómo afectan las altas temperaturas a la piscina

26 de junio de 2020

Ya están aquí las altas temperaturas y, con ellas, la apertura de los espacios acuáticos. Todos quieren darse un chapuzón, refrescarse y combatir el calor intenso del verano en una piscina. No obstante, un requisito indispensable es cuidar el agua, la cual debe estar siempre en perfectas condiciones. Se tengan o no cubiertas de piscina, ¿cómo altera el calor al agua de la zona de baño?

¿Cómo afecta el calor a las piscinas?

En los meses estivales, por su gran uso y por el incremento notable de las temperaturas, las piscinas deben contar con un completo y exhaustivo mantenimiento. Además, hay que tener especial cuidado en los siguientes aspectos.

1. Las elevadas temperaturas modifican el pH del agua

Las altas temperaturas alteran este indicador. La radiación del sol puede interferir en la desinfección del agua de la piscina, un proceso clave para evitar patógenos que afecten a los usuarios. Para conocer el nivel de pH, el uso de medidores (existen de diferentes tipos) debe estar a la orden del día, en especial cuando el calor es más fuerte.

En este sentido, es aconsejable que el pH del agua esté dentro del rango comprendido entre 7 y 7,8 (el valor óptimo es de 7,3). Estos niveles logran que el cloro actúe de forma adecuada, algo que mantendrá alejado cualquier tipo de problema de higiene.

2. Un mayor consumo de electricidad

Si aumenta el calor, se hace necesario el uso de varios elementos (por ejemplo, filtros y depuradoras), por lo que el consumo de energía se disparará con fuerza. No solo eso, sino que será imprescindible incrementar el tiempo dedicado a la filtración para que el trabajo de desinfección sea un éxito.

No obstante, sí puede producirse un ahorro gracias al empleo de las bombas de calor (en el caso de que estén incorporadas).

3. La afluencia de bañistas aumenta los costes de mantenimiento

El calor hará que el número de personas que quieran disfrutar de la zona de baño sea más elevado. Con ello, el uso será más intenso, por lo que se precisará reforzar el mantenimiento y una mayor cantidad de desinfectante, el cual es volátil y pierde propiedades con el paso del tiempo y las elevadas temperaturas.

Para optimizar los recursos y controlar el gasto, es aconsejable controlar el aforo en el acceso a la piscina. No solo se ha de optar por esta vía para contener el gasto, sino también para reforzar la seguridad y la calidad del servicio.

4. Sí, el sol evapora el agua de la piscina

Muchas personas no lo notan, pero, durante el verano, el agua de la piscina desaparece mucho más rápido. Este factor se debe tener en cuenta, puesto que la evaporación es el causante de esta pérdida de agua y no un problema de fugas. Para estar completamente seguros, lo mejor es realizar pruebas de estanqueidad.

En muchas zonas de baño, la evaporación puede disminuir el nivel del agua hasta 3 centímetros al día, algo que dependerá también de otros factores, como, por ejemplo, las horas de sol, el tamaño o el tipo de uso que se le dé a la piscina (en las más pequeñas existen más posibilidades de echar agua fuera).

En conclusión, las cubiertas de piscina resultan un elemento clave para proteger y reforzar la seguridad de estos espacios. Si se dejan de lado, el agua se evaporará con el calor y se deberán aumentar los recursos destinados a los trabajos de desinfección, higiene y mantenimiento. SIn lugar a dudas, una cubierta es la solución perfecta para disfrutar de la piscina y extender su uso durante todo el año.

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